SENTIDO
COMÚN!!!
El menos común de los sentidos,
según los entendidos. Apreciados compañeros vendedores, todos, sin excepción,
debemos aplicar como máxima el Sentido Común.
Lo fácil que parece, lo fácil que
es de aplicar y las pocas, poquísimas veces que lo aplicamos a nuestro oficio.
Es tan sencillo como que los niños de todas épocas y generaciones lo llevamos
aplicando, lo que ocurre es que al hacernos mayores, queremos aparentar
sabiduría y conocimientos y entonces, por hacernos los interesantes, lo complicamos
todo para que aparente que … mmmmm… para que aparente.
Hay quien dice que creer en el
sentido común, es la primera falta de sentido común. En plan cómico-irónico
está el que dice que el sentido común es como el desodorante, los que más lo
necesitan son los que menos lo utilizan, y otro ejemplo sería decir que el
sentido común es el arte de resolver los problemas y no de plantearlos.
Estimados locos de las ventas, si
se trata de cubrir la necesidad de un cliente, tenemos que saber qué necesita,
aplicamos el sentido común y se traduce en ESCUCHAR, ¿qué hacemos la mayoría?,
HABLAR BLA BLA BLA…., aparentar que somos sabios.
Para conocer si el cliente quiere
cerrar el trato, aplicamos el sentido común y se traduce en PREGUNTAR, al
contrario que muchos vendedores que se dedican al bla bla bla… explicando lo
maravilloso que es su producto y piensan que el cliente caerá rendido a sus
pies.
El entorno de nuestro posible
cliente, nos dice muchas cosas acerca de cómo es. OBSERVAR con detenimiento su
oficina, su coche, sus formas de moverse y gesticular, su forma de vestir, son
datos que podemos utilizar para deducir cómo tratarle.
Si tenemos ocasión de estar en su
oficina, su coche, su casa y cerca de él, tenemos que OLFATEAR el ambiente; los
aromas que tenga su oficina y coche son importantes, si huele a limpio o sucio,
las malas olores, todo nos dará una visión general de nuestro cliente. En el
caso de su persona, nos indica si es detallista, coqueto, esmerado, meticuloso,
delicado.
También es muy buen indicador de
personalidad el TACTO, estrechar la mano en primera instancia para saludar nos
indicará el temperamento y carácter de nuestro cliente; tentativas de golpear
el hombro, un roce de brazos, cualquier contacto físico que tengamos con
nuestro cliente, será información que recibamos.
Escuchar, Preguntar, Observar,
Olfatear y el tacto, si tenemos nuestros cinco sentidos puestos en el trabajo
que hacemos, juntos forman el sentido común, seremos capaces de solucionar el
problema de nuestro cliente y cubrir su necesidad, exactamente lo que necesita.
Vender no es más que un acuerdo
entre dos o más partes, en las que las partes implicadas tienen un beneficio
(no necesariamente económico), es de sentido común que en el momento que una
parte sale mejor parada que otra, el negocio no se produzca.
Demos la importancia que tienen
nuestros sentidos, todos los sentidos,
porque ese sentir lo transmitimos: “Puede que olviden qué dijiste pero
jamás olvidarán cómo los hiciste sentir” (C.W. Buehner)
A VENDER QUE SON DOS DÍAS.
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