miércoles, 26 de febrero de 2014

No pienses en un coche rojo



NO PIENSES EN UN COCHE ROJO

El miedo, los nervios, la inseguridad, pueden producir un efecto nocivo en nuestra manera de actuar delante de los demás.

Quedar paralizado ante una situación de miedo es normal, varios estudios aseguran que es una emoción primitiva que nos ayuda a sobrevivir ante graves peligros. Quedar paralizado es una reacción que produce nuestro cuerpo porque está decidiendo, en muy poco tiempo, si es mejor quedarse quieto o salir corriendo.

En situaciones inesperadas, fuera de nuestro entorno o rutina diaria, situaciones incómodas, nuestro cuerpo recciona con sudores, picores, pequeños espasmos, etc… pero a lo referente a nuestra comunicación, somos secuestrados por nuestra mente, seguro que tenéis el recuerdo de hablar por el movil mientras te mueves y al terminar la conversación, miras a tu alrededor y no recuerdas cómo has llegado hasta donde estás, pues el secuestro mental es lo mismo.

Somos capaces, en nuestro secuestro mental, de decir cosas que luego no recordamos o no queríamos decir de esa forma, cosas como “Buenos días, tiene dos minutos para atenderme?” “Hola, espero no molestarle, solo quería…” o peor todavía “quizá no le interesa, pero quiero explicarle….” Con todo esto creamos una predisposición al cliente a una situación negativa en la que seremos rechazados porque ya le hemos dicho al cliente cómo tiene que reaccionar ante esa situación.

En nuestra vida cotidiana también lo hacemos con situaciones como “mira, no te enfades, pero….” “no quiero faltarte al respeto, pero….”, lo que hacemos es decirle al otro cómo tiene que reaccionar, pero en negativo.

Como todo en nuestras vidas, si existe una parte negativa es porque también existe una parte positiva y está claro que tiene el mismo coste de esfuerzo por nuestra parte. Si somos capaces de interiorizar y automatizar las rutinas que antes expuse y nos salen naturales, tenemos que ser capaces de entrenar nuestra mente para hacerlo positivamente.

Los humoristas y en particular los monologuistas tienden a empezar o desarrollar el monólogo con frases como “que divertido lo que me ocurrió el otro día…” “esto les va a encantar…” “seguro que te ha pasado a ti también…”, está claro que la predisposición es en clave positiva y así lo acepta el público.

Dicen que para dominar el miedo tienes que hacer lo que te dé miedo y al hacerlo te darás cuenta que no era para tanto.

Ahora, por favor, tal y como te indiqué en el título, deja de pensar en el coche rojo y vuelve a leer el artículo para asimilarlo tal y como es… ;)

A VENDER,  QUE SON DOS DÍAS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario